Durante el reciente Congreso Aapresid, Puna.Bio se presentó por primera vez con un stand, tras haber participado años anteriores.
“Lo que estamos promocionando para esta campaña es nuestro producto Kunza Soja” señaló Franco Martínez Levis, CEO y cofundador de Puna.Bio.
Se trata de un producto que comercializa desde hace tres campañas, con muy buenos resultados y un incremento de adopción por parte de productores argentinos.
“Estamos prontos a comercializarlo también en Estados Unidos y Brasil” dijo Martínez Levis, quien definió a Kunza Soja como un “bioestimulante. Es un tratamiento de semilla que se aplica a la soja en conjunto con un inoculante tradicional. Genera un incremento de rindes mayor a no solo utilizar un inoculante, sino que también aumenta la tasa de respuesta y de consistencia de esos resultados”.
Al traducirlo a números planteó que “en más de 40 ensayos en distintos puntos del país se determinó que el inoculante tradicional aumenta en pro0merio un tres por ciento y funciona aproximadamente en un 75 por ciento de las veces. Cuando aplicamos Kunza en conjunto con un inoculante tradicional vemos que no solo logramos incrementos de rendimientos superiores -en promedio del once por ciento- sino que la tasa de respuesta está en el 92 por ciento”.
Martínez Levis agregó que la relación con el costo es de un retorno de casi diez a uno. “Es muy positivo. Los productos biológicos hoy son relativamente baratos frente al resultado que uno puede tener. Si uno piensa que el tratamiento de semillas por hectáreas puede estar en 15 dólares, incluyendo un fungicida premiun y un inoculante. Hemos visto respuestas que en margen bruto generan unos 150 dólares por hectárea”.
Por otra parte, en CEO señaló que “lo más interesante es la tecnología que está detrás del producto, ya que son 20 años de investigación, inicialmente en Conicet y hace más de cuatro años que estamos formados como empresa. Utilizamos bacterias completamente diferentes que hemos investigado nosotros y de las que somos propietarios: vienen de la Puna y están acostumbradas a hacer crecer cultivos en condiciones de extrema sequía, salinidad, distintos niveles de PH y con escasez de nutrientes. Usando esas bacterias incluso en terrenos muy productivos y con rendimientos arriba de los seis mil kilos, vemos mejoras”.
El nombre del producto, Kunza, responde a una lengua extinta de las comunidades de la Puna. “Todo está relacionado al origen de nuestras bacterias y de nuestra ciencia”, sentenció