En el marco del Simposio Fertilidad 2025, organizado por Fertilizar Asociación Civil, uno de los paneles destacados abordó la relevancia del «Big data e IA para mejorar la nutrición» en la agricultura.

Entre los expositores se encontraba Ignacio Ciampitti, profesor de la Universidad de Purdue (Estados Unidos), quien ofreció una visión sobre la evolución del sector y los desafíos y oportunidades que plantea la era digital.

Ciampitti comenzó su exposición señalando la necesidad de repensar la agricultura, pasando de un enfoque tradicionalista basado en «silos» a un modelo que promueva el trabajo conjunto y la agregación de disciplinas. Enfatizó la importancia de trabajar más juntos y armar equipos.

Un punto central de su mensaje fue la revalorización y capacitación del agrónomo. Según Ciampitti, es fundamental que el profesional que entiende la interpretabilidad de las decisiones en el campo se capacite en manejo de datos y en entender el sistema para poder liderar el cambio en la agricultura digital.

Respecto al estado actual de la agricultura digital, el profesor de Purdue fue categórico: «la parte de agricultura digital está acá, está para quedarse». Observando la evolución del sector y lo que busca la inversión privada, es claro que esta era ya ha comenzado. La pregunta no es si entramos, sino «cuán rápido, cuán lento vamos a empezar a movernos dentro de esa era».

Ejemplos concretos de esta transformación ya son visibles en la maquinaria. Las máquinas de aplicación selectiva, equipadas con sensores que en algunos casos cuestan más que la propia máquina, ya toman decisiones basadas en la detección de plantas, decidiendo cuándo aplicar (como herbicidas, y próximamente nutrientes). Otras herramientas como aplicaciones móviles, imágenes satelitales y drones también son parte de esta evolución digital.

Sin embargo, Ciampitti destacó que el cambio más grande que se avecina es el agregado de la inteligencia artificial (IA). La IA no reemplazará al agrónomo o al productor, sino que actuará como un «asistente digital». Su principal función será ayudar en la toma de decisiones, agregando toda la información disponible en la «nube» para proporcionar datos relevantes de forma inmediata. Esto permitirá tomar decisiones «mucho más fundadas en lo que es la información que existe alrededor tuyo», a diferencia de la búsqueda manual que se realiza actualmente.

Consultado sobre la adopción tecnológica en Argentina, Ciampitti señaló que el productor argentino es, en general, proclive a los cambios. La principal diferencia con productores de alta tecnología de otros países, como Estados Unidos, radica en el acceso y el costo de la tecnología, que es una barrera importante. Sin embargo, una vez que se demuestra que la tecnología ahorra tiempo o dinero, tiende a ser adoptada.

Explicó que existe un período de adaptación. Inicialmente, la tecnología tiene un costo más elevado, pero con el tiempo se vuelve más accesible. Puso como ejemplo el monitor de rendimiento, que tardó unos 25 años en ser plenamente incorporado por los productores, pero hoy es estándar en las cosechadoras, permitiendo recolectar información de rendimiento constantemente. Este proceso de adopción, en el caso del monitor de rendimiento, coincidió con un crecimiento productivo significativo, llegando a duplicarse en ese período.

De cara al futuro, Ciampitti proyecta que se viene un «nuevo escalón productivo» y, sobre todo, una agricultura mucho «más basada en evidencia, basada en dato», donde las decisiones serán mucho más informadas. Esto subraya la idea de que la tecnología, y en particular la IA, no desplaza a las personas, sino que las asiste, elevando la calidad y precisión de las decisiones agronómicas.

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