Durante el mes de julio y lo que va del mes de agosto se ha llevado a cabo el relevamiento de precampaña de maíz grano comercial 2023/24 de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
El cereal de verano tiene una ventana de siembra que va desde mediados del mes de agosto en el centro del área agrícola y se extiende hasta las primeras semanas de febrero en el norte.
El escenario inicial se muestra con una tendencia levemente positiva al total de maíz, fundamentalmente para los planteos tempranos comparando con el ciclo 2022/23. Esto tiene que ver con el fuerte déficit hídrico a la siembra que tuvo lugar en el ciclo anterior y que generaron su atraso.
Por lo tanto, la intención es que la proporción temprano/tardío vuelva a valores normales, aunque sujeto a la disponibilidad hídrica durante los meses de septiembre y octubre.
Las principales variables que tienen significancia a la hora de decidir sembrar maíz en este nuevo ciclo son: el nivel de reservas hídricas inicial de cara al comienzo de la ventana de siembra de los maíces tempranos, disponibilidad y precio de los insumos, superficie que ha dejado liberada el trigo y el girasol, un precio del cereal inferior a la campaña previa y la necesidad de sembrar para cubrir el bache que dejo el ciclo anterior.
Frente a este panorama, se proyecta una superficie total destinada al maíz con destino grano comercial de 7,3 millones de hectáreas para la nueva campaña, sujeta a la evolución de variables económicas y del tiempo (lluvias, temperaturas, etc.) durante la extensa ventana de siembra.
En términos relativos, la actual proyección refleja un incremento interanual del área sembrada del 2,8 por ciento (200 mil hectáreas por encima de la campaña previa), teniendo en cuenta que las severas condiciones climáticas durante el ciclo previo no permitieron la incorporación de un mayor número de lotes.
En línea con lo anterior, la proyección significa, además, una reducción del 5,6 por ciento en comparación al ciclo récord 2021/22.
Finalmente, evaluando por separado cada región del país se encuentran situaciones contrastantes, aunque en la mayoría de los casos la tendencia es positiva para el cereal.
El norte del país reporta un escenario similar al ciclo previo debido a la necesidad de mantener rotaciones equilibradas y una tendencia positiva hacia algunas zonas que durante el ciclo previo debido al déficit hídrico no pudieron sembrar.
En el centro del área agrícola, por un lado, se menciona la incorporación de superficie de maíz debido a la baja en la superficie de cultivos de fina pero también juega un rol importante la competencia con la soja de primera debido al incremento de los costos de los insumos y una falta de financiamiento para la compra de estos.
En el sur del área agrícola, la superficie que va a dejar liberada el girasol podría tener como destino la siembra de maíz, relegando, en este caso, a la soja de primera. Todo lo anteriormente dicho, estará supeditado principalmente a la evolución de las lluvias durante los próximos meses.