Con el apoyo clave de la Sociedad Rural Argentina, la Asociación de Criadores realizó un encuentro histórico que reunió expertos internacionales y criadores locales, en cuyo marco se anunció la realización en el país del Congreso Mundial de la raza en 2026.

Entre el 11 y el 14 de abril, la Rural de Palermo se transformó en epicentro de la genética ovina internacional, con la celebración del Curso Internacional de Jurados Hampshire Down.

El encuentro, organizado por la Asociación Argentina de Criadores Hampshire Down, no solo cumplió sus objetivos de formación y actualización, sino que además sirvió como plataforma para anunciar un evento de alcance global: el Congreso Mundial Hampshire Down 2026, que se desarrollará paralelamente a la tradicional exposición de Palermo.

Carlos Laborde, presidente de la Asociación de Criadores Hampshire Down, destacó la relevancia del curso y la calidad organizativa: «Estoy orgulloso del equipo que hemos conformado. Este curso es resultado del esfuerzo de muchas charlas y reuniones internacionales. Haber logrado traer este evento por primera vez fuera de Europa a Argentina y hacerlo en un ámbito histórico como la Sociedad Rural de Palermo, es realmente un honor y una muestra clara del trabajo que estamos realizando».

Laborde agradeció especialmente el respaldo de la Sociedad Rural Argentina y de su presidente Nicolás Pino: «La Sociedad Rural nos ha brindado un apoyo excepcional, desde la logística hasta el soporte institucional necesario para hacer de este evento un éxito». El dirigente anunció que, con la misma determinación, ya trabajan en la organización del Congreso Mundial para 2026: «Es un desafío enorme, pero también una gran oportunidad para posicionar a nuestra raza a nivel internacional».

Juan Portela, secretario de la Asociación, subrayó el carácter profesional del evento y la participación diversa de los criadores: «Este curso internacional demuestra el compromiso de la Asociación con la formación continua y la profesionalización. Aquí se encontraron criadores con décadas de experiencia junto a nuevos entusiastas de la raza, generando un intercambio enriquecedor». Para Portela, uno de los objetivos fundamentales es «consolidar la certificación y comercialización de carne Hampshire, acercando un producto de calidad excepcional a supermercados y carnicerías».

Desde Entre Ríos, Matías Márquez, vicepresidente de la Asociación, agregó que «la convocatoria superó todas las expectativas iniciales, con más de 80 participantes durante cuatro días intensos». Márquez destacó además la importancia del manejo y la alimentación para preservar la rusticidad de la raza: «Buscamos equilibrio entre genética y manejo, apuntando siempre a la excelencia de nuestros animales para exposiciones y producciones».

Visión internacional y perspectivas del mercado ovino

Por primera vez fuera de Gran Bretaña se dictó este curso. Adrian Rundle, jurado y especialista con amplia trayectoria internacional, fue uno de los responsables de dictarlo. Elogió el nivel alcanzado en Argentina: «He visto animales excepcionales aquí, comparables con los mejores que tenemos en Inglaterra. Esto refleja el enorme progreso genético logrado en Sudamérica». Rundle resaltó que la raza Hampshire tiene «una  inigualable para convertir pasto en carne rápidamente, lo que reduce la huella de carbono y ofrece un producto cárnico superior por su marmoleado y sabor». Agregó que «la funcionalidad del animal, su capacidad de desplazarse con soltura y de alimentarse con eficiencia a campo son rasgos prioritarios a la hora de la evaluación».

También enfatizó la importancia de seleccionar animales que combinen estructura corporal con facilidad de parto: «Un buen Hampshire debe tener cabeza fuerte, buena línea dorsal, glúteos profundos y gran masa muscular. Pero también debe ser funcional, fértil y adaptarse al sistema productivo a campo, sin perder calidad racial». Rundle sostuvo que la raza se encuentra en un punto óptimo para consolidar su proyección como símbolo de carne premium a nivel global.

Kevin Mc Carthy, destacado criador y jurado irlandés, fue el otro especialista que dio el curso. Compartió su experiencia de más de cuatro décadas en producción ovina, comercializando genética a múltiples continentes: «Estamos en un momento en el que el mercado exige excelencia. En Reino Unido, los precios más altos se pagan por corderos Hampshire, y eso se debe a su calidad constante». Consideró clave que Argentina trabaje en la educación del consumidor: «En el Reino Unido, el 80% de la carne se vende en supermercados. Aquí puede ser al revés: comenzar por las carnicerías puede facilitar la llegada al consumidor y crear fidelidad con el producto».

Respecto a su rol como jurado, Mc Carthy explicó: «Cuando ingreso a una pista, busco equilibrio, carne bien distribuida, funcionalidad y un animal que destaque visualmente desde el primer momento. Pero también me interesa que ese animal produzca carne que la gente quiera volver a comer». Destacó además la calidez de la comunidad criadora argentina: «Ha sido un curso con participantes muy motivados, con hambre de aprender. Eso augura un gran futuro para la raza aquí».

Intercambio de conocimientos técnicos y experiencias regionales

El jurado y consultor internacional Carlos Ojea Rullán, con profundas raíces familiares en la raza, comparó al Hampshire con el Angus bovino en cuanto a calidad cárnica: «Es indiscutible, el Hampshire es el Angus de las ovejas por calidad y marmoleado». Ojea Rullán enfatizó la importancia de evaluar equilibrio, funcionalidad y características raciales durante las juradas, aspectos clave para potenciar la raza: «Hay patrones técnicos que deben respetarse, pero también hay una mirada subjetiva. El gran jurado es el que, además de seguir parámetros, puede proyectar el futuro de ese animal en la producción real».

Remarcó además que «la raza argentina tiene una calidad racial distintiva que no debe perderse; es casi una marca registrada». Para Ojea Rullán, el futuro está en consolidar una genética que responda a las demandas del mercado sin perder identidad: «La carne Hampshire tiene atributos únicos. Si logramos mantenerlos y además producir volumen, Argentina puede disputar el liderazgo genético global en ovinos de carne».

Samuel Carnesella, veterinario brasileño y experto en evaluaciones morfo-métricas, expuso sobre las técnicas aplicadas en Brasil para estandarizar y optimizar la selección de ejemplares: «La aplicación sistemática de mediciones permite a los jurados decidir mejor y a los criadores optimizar su producción». Presentó un estudio de más de 530 animales evaluados que permite establecer promedios de referencia por edad y sexo: «Un Hampshire debe tener tamaño mediano, ni muy bajo ni muy alto, pero sí voluminoso, con buena cobertura cárnica y adaptabilidad».

Carnesella explicó que estas métricas ya se utilizan en exposiciones nacionales como la Expo Inter en Brasil: «El objetivo es dar transparencia a la evaluación, fortalecer la objetividad y orientar la mejora continua del biotipo carnicero». También enfatizó que el cruzamiento con otras razas permite ampliar la base productiva: «Al combinar Hampshire con razas laneras o de menor valor, logramos corderos de excelente conversión cárnica. Esto es clave para dinamizar el consumo interno en Brasil, que aún está por debajo de su potencial».

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