La campaña de soja 2025/26 en Argentina se perfila con una reducción del 4,3% en el área sembrada a nivel nacional, pasando de 18.400.000 a 17.600.000 hectáreas. A pesar de esta disminución de 800.000 hectáreas, la superficie destinada a la oleaginosa se mantendría como la segunda más elevada de los últimos cinco ciclos y superaría el promedio de ese período (17 millones de hectáreas).
Este pronóstico, elaborado por el equipo de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires en su Informe de Pre-Campaña 54, indica que la intención de siembra de soja interrumpe la tendencia alcista de las últimas cuatro campañas.
La principal razón de esta retracción se atribuye a una menor intención de siembra de soja de primera frente a cultivos como maíz y girasol. La recuperación del área de maíz, favorecida por la baja en la presión del insecto Dalbulus maidis, junto al incremento del trigo y el buen desempeño del girasol, explican el desplazamiento de la oleaginosa en los planteos tempranos.
No obstante, el aumento del área triguera impulsa mayores planteos para soja de segunda, lo que moderaría la caída a nivel nacional. Se prevé una mayor proporción de planteos de segunda en comparación con la campaña previa. Los factores económicos también son determinantes, ya que la relación insumo-producto y los márgenes ajustados continúan condicionando la expansión del área sembrada.
Contrastes y desafíos
A nivel regional, el norte del área agrícola (NOA, NEA, Corrientes-Misiones) registra la mayor retracción de superficie, debido al repunte del maíz y el incipiente avance del girasol en Córdoba. En la región central (Núcleo Norte y Sur, Centro-Este de Entre Ríos, Sur de Córdoba, Centro-Norte de Córdoba y Santa Fe), la menor competitividad de los márgenes brutos de la soja de primera frente al maíz y el trigo reduce la intención para los planteos tempranos. Sin embargo, el incremento del área triguera impulsa planteos de segunda que atenúan significativamente la baja regional.
Una situación particular se presenta en el oeste y centro de Buenos Aires y Norte de La Pampa, donde los excesos hídricos acumulados durante el invierno generan incertidumbre. La definición final de la siembra de soja de primera dependerá del ritmo de drenaje de los suelos para habilitar siembras tempranas de maíz y girasol. Si la saturación hídrica persiste y se demoran estos cultivos competidores, podría incrementarse la participación de la soja de primera. Finalmente, en el sur del área agrícola (Sudoeste y Sudeste de Buenos Aires, Sur de La Pampa), la reducción de soja es leve, respondiendo a la mayor competitividad del maíz y el atractivo del girasol.
El inicio de la campaña 2025/26 encuentra a gran parte del área agrícola nacional con perfiles de suelo que presentan una adecuada recarga en profundidad, cercana a la capacidad de campo, lo que asegura una buena base hídrica inicial. Las precipitaciones de primavera se perfilan dentro de los rangos normales para la ventana de siembra, con una circulación tropical en aumento y un patrón climático más equilibrado, especialmente en el norte de Buenos Aires y el sur de Córdoba y Santa Fe. Sin embargo, se prevén excesos hídricos en sectores del NOA y Chaco, y un lapso seco y caluroso hacia fines de la primavera sobre el centro de la Región Pampeana.
Para el verano de 2026, coincidiendo con la siembra de los planteos de segunda y el inicio de labores en el norte, se espera un régimen de precipitaciones mayormente dentro de los promedios históricos, aunque con marcados contrastes regionales. Se anticipan excesos hídricos en el norte del NOA y la Región del Chaco, mientras que el sudoeste bonaerense podría registrar lluvias por debajo de lo normal.
Escenario económico
A nivel global, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) proyecta una producción mundial de soja de 426,39 millones de toneladas (+0,57%) para 2025/26. Brasil lidera con una producción récord proyectada de 175 millones de toneladas, mientras que Estados Unidos estima una disminución del 2% en su producción. La relación stocks/consumo global se proyecta en 29%, un punto porcentual menos que el ciclo anterior.
En el mercado local, el precio durante el período de pre-siembra de la soja para la posición mayo-2026 se sitúa en 295 USD/tn, lo que representa una suba del 4,2% respecto a la campaña anterior, aunque un 3,4% por debajo del promedio de las últimas cinco campañas. Pese a un inicio desfavorable, el escenario cambió con el último informe WASDE, que confirmó expectativas récord para el maíz en EE.UU., generando un efecto alcista sobre la soja, que recupera protagonismo y se posiciona como una alternativa frente a otros cultivos.
En cuanto a los insumos, los precios de los fertilizantes fosfatados y nitrogenados mostraron un comportamiento alcista, tanto a nivel internacional como doméstico, durante la pre-siembra. En contraste, los precios del combustible registraron una reducción del 1,4% y los herbicidas aplicados en soja mostraron un descenso interanual del 16,1%.
Las relaciones insumo-producto (I-P) de la soja evidencian una mejora del 3,5% en relación con el combustible y del 12,2% con el glifosato, lo que implica una menor cantidad de grano necesaria para adquirirlos. Sin embargo, la relación con los fertilizantes mostró un deterioro del 12,1%. En este contexto, los márgenes resultan ajustados, y la rentabilidad continúa siendo reducida e incluso negativa en varias regiones productivas, especialmente al incorporar los costos de arrendamiento.
